En las organizaciones que han implementado ITIL, a menudo se encuentra una práctica popular: la Gestión del Cambio. Sin embargo, este proceso, que a menudo es engorroso, plantea preguntas sobre su compatibilidad con la agilidad.
Gestión del Cambio
La Gestión del Cambio es una práctica de ITIL que establece un proceso para asegurar cualquier cambio que se introduzca en producción (software, aplicaciones, equipos, hardware, configuración, documentación, procedimientos y más).
Generalmente, existen tres tipos de Gestión del Cambio:
- Estándar: Un procedimiento estándar para cambios específicos recurrentes.
- Normal: Un procedimiento general para cambios que no son ni estándar ni urgentes.
- Urgente: Un procedimiento adaptado para cambios de urgencia absoluta.
Cualquier persona que necesite implementar un cambio debe completar el documento del tipo de cambio correspondiente, que incluye el procedimiento de implementación en producción, el procedimiento de reversión y toda la información necesaria para rastrear el cambio.
El cambio está sujeto a la validación por parte de la Junta Asesora de Cambios (CAB), que se reúne regularmente y de manera sistemática (excepto en casos de emergencia).
Para aquellos interesados en profundizar en este tema, se recomienda visitar sitios web especializados en ITIL.
¿Gestión del Cambio y Ágil?
¿Puede el concepto de Gestión del Cambio adaptarse a entornos ágiles? ¿Podría obstaculizar la aceleración que las empresas buscan a menudo en la actualidad?
El objetivo central de la Gestión del Cambio es maximizar la seguridad de las implementaciones en producción. Sin embargo, en mis experiencias recientes, he observado rápidamente algunas desventajas de esta práctica.
- Los equipos a menudo no aprecian la burocracia, lo que conduce a numerosos idas y venidas con el CAB.
- Los equipos, al no apreciar la burocracia, tienden a completar rápidamente los documentos, lo que resulta en una falta de calidad en los procedimientos.
- El CAB se reúne solo una vez a la semana o incluso cada dos semanas, lo que prolonga los tiempos de entrega.
Si bien la Gestión del Cambio tiene como objetivo brindar calidad a las entregas en producción, el resultado final no es tan beneficioso como se esperaba. A veces, el CAB valida cambios sin tener la experiencia necesaria para asegurarse de que el procedimiento descrito sea impecable. Además, quienes brindan soporte y estarán presentes en caso de retrocesos potencialmente complejos rara vez están capacitados en las complejidades de las diversas profesiones que deben gestionar.
En última instancia, los resultados que he observado en diversas organizaciones donde he intervenido son bastante mixtos. Sí, agrega valor a la seguridad de las implementaciones en producción; sin embargo, el costo total de tal procedimiento cuestiona su aplicación en comparación con los beneficios que proporciona.
Es posible tener un concepto más ágil de la Gestión del Cambio con un CAB que se reúna a pedido; sin embargo, en casos de alta actividad, los retrasos pueden aumentar.
Gracias a DevOps y Craftsmanship
La solución para eliminar este procedimiento de ITIL radica en las prácticas de integración continua y de entrega/despliegue continuo. Al reducir significativamente el riesgo de regresión o implementar estrategias como la ingeniería del caos, la Gestión del Cambio se vuelve innecesaria y obsoleta.
Recomiendo enérgicamente invertir en estas técnicas de ingeniería de software, que, después de una maduración adecuada, permitirán la eliminación de este procedimiento de Gestión del Cambio.
Tenga en cuenta que la Gestión del Cambio no es una práctica negativa y brinda seguridad adicional cuando una organización carece de la madurez para asegurar sus implementaciones en producción. Sin embargo, para que se obtengan beneficios reales, debe optimizarse (lo que es una tarea altamente compleja).
En entornos ágiles, es preferible transicionar hacia enfoques de DevOps y Craftsmanship.
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